MUJERES
A la madre, fragua de los senderos del hombre.
SALVADOR RODRÍGUEZ
A lo
largo de la historia de los pueblos
han destacado las mujeres y
siempre ocupando puestos
de vanguardia , inclusive, muchas veces , desplazando a los del sexo feo.
San Casimiro tuvo
sus mujeres que, en su momento histórico, cumplieron cabalmente con la
responsabilidad encomendada. De estas
mujeres, podríamos destacar a: María Petronia Torres (esposa de don
José Reyna que donó las tierras para que
se erigiera San Casimiro de Guiripa) la cual recibió al Obispo Martí, el 19 desmayó de 1783 en su
casa. Debió ser una anfitriona de suma excelencia.
Mujer de
importancia capital, en los inicios de esta comarca, fue sin lugar a dudas,
María Toribia de Sánchez, esposa de José Miguel Sánchez. José Miguel fue uno de
los representantes del pueblo en el
litigio, por las tierras del pueblo, contra el Padre Almeyda. María Toribia era la que preparaba el café,
que servía a los asistentes de las reuniones, que se hacían en su casa, para
preparar la estrategia, que seguirían en Caracas, para enfrentar al Padre
Tomás de Almeyda.
Así,
resteada, como María Toribia de Sànchez, lo fue
Concepción Sánchez de Aponte,
quizás familia del esposo de María Toribia. Concepción fue la madre del Capitán
Miguel Aponte Sánchez, único
sancasimireño, prócer de la independencia. Tal vez, cuando Miguel iba a
guerrear, Concepción quedaba en casa con
el corazón hecho un ovillo y el pensamiento un jaral, cuando este agarraba la
silla de montar.
También hubo
mujeres apacibles, como Florencia Flores, la cual era la encargada del hierro
para hacer las ostias; posiblemente llevó una vida reflexiva, y para la
iglesia, una persona importante, ya que ella mantenía en el día a día, el
alimento espiritual de la feligresía.
Otra mujer,
que pudo vivir tiempos de angustia, fue Juana Ramona Lorca, esposa del General
Laureano del Rosario Carballo Bermúdez, pero también podía mitigarlas al irse a
la trilla de café (que fue, luego, de Rafael
Ángel Acosta) a revisar el trabajo de los peones.
De distinta
forma convivió Obdulia Gamarra de Melgarejo, esposa del juez Plácido Melgarejo, la cual tuvo una
escuela donde está la casa de la familia
Manzo (ubicada por su lado norte con el
frente de la casa del Sr. Tulio Pérez);
Obdulia transcurría entre libros
de escuela y libros, y códigos de su marido Plácido. Todo un mundo de sapiencia
conyugal.
Magdalena
Milano de Zamora, madre del Cura Pablo
Ramón Zamora Milano, llevó una vida sosegada, ya que su hijo había escogido el
camino al Seminario. La casa Zamoreña era muy concurrida los fines de semana,
por personas que venían a traerle
regalos a Pablo Ramón, Magdalena fue muy esmerada con las sotanas ya que estas
llegaban a la batea con el color del gofio.
Leopoldina
Belisario Ledezma, la joven maestra de magnánimo corazón, nació en Chaguaramas,
estado Guárico en el año de 1895.Leopoldina contrajo matrimonio el 31 de agosto
de 1917, con el maestro Francisco Villasana y lo celebraron en la casa de
habitación de su padre, el General Pedro
Belisario Belisario, ubicada donde hoy
está la biblioteca Virtual. En ese sitio ensayaba La Orquesta de los Hermanos
Belisario, como igual lo hacían en la casa de don Pedro Requena en la calle
Sucre, enfrente de la casa del músico y compositor Gil Fonseca. Leopoldina
de Villasana fue maestra de Fe María Coupar, quién siguió el magisterio,
emulando a su querida preceptora. Hay una cuestión en la vida de Leopoldina que
podría servir para futuras investigaciones, y es que, en su nativa Chaguaramas;
cuando ella tenía siete años , impartía enseñanza una maestra, llamada Juana
Isabel Belisario.¿ Quizás tía de Leopoldina?
La bella
Isabel Gòndelles de Acosta, primera mujer que presidió el Concejo
Municipal del Distrito San Casimiro, fue muy adelantada
para su época y lectora incansable que le gustaba pronunciar discursos. En el acto de instalación del Concejo Municipal
de San Casimiro (1959), Isabel se expresó de la manera siguiente: “Compatriotas:
en esta histórica etapa que vive Venezuela en que dueña de su destino se
enrumba por derroteros de luz y de
grandeza hacia la realización de sus más caros anhelos de justicia, libertad,
unión, paz y progreso, recibo como título de gloria vuestra designación recaída
en mí
para simbolizar la concordia como Presidente del Concejo Municipal del Distrito San Casimiro”
Concluye
doña Isabel con lo siguiente: “Compatriotas: la concordia ha de ser la antorcha
que ilumine nuestros actos y, así, en este rinconcito de la Patria vamos a
realizar el mensaje de don Rómulo Gallegos”
Razón tuvo
Rubén Darío al decir que: “Sin la mujer la vida es pura prosa”, queriendo
indicar, el gran poeta nicaragüense, de que con la mujer hay inspiración y
armonía. Bien sea por los bienes del alma de estas inolvidables mujeres.