Los
Misioneros Claretianos
A
Domingo Valero, que señaló el camino para dar vida a estas líneas
Salvador
Rodríguez (*)
El 13 de diciembre de 1923
llegaron a Venezuela los primeros Misioneros Claretianos. Desde Caracas, sin
imaginar que el viaje duraría una mañana y casi una tarde, salieron en
automóvil hasta El Yagual, y de este caserío del estado Miranda, llegaron a San
Casimiro, a lomos de sus caballos, el 29 de diciembre, los Padres Ramón María
Felip, Antonio Arcas, Alfredo Martínez y Frutos del Hoyo. Los dos primeros se
quedaron en San Casimiro, donde establecieron La Primera Misión Claretiana de
Venezuela. Los otros dos, se fueron a San Fernando de Apure para fundar la
segunda misión claretiana en territorio venezolano.
A Los Misioneros Hijos del
Inmaculado Corazón de María, más conocidos como Misioneros Claretianos, en
honor a su fundador Antonio María Claret, la población de San Casimiro les debe
el progreso social y religioso que adquirió esta Parroquia, desde el año 1924
hasta el 3 de abril de 1960, cuando se marcharon, dejando un saldo favorable en
la memoria y un vacío en los corazones de los sancasimireños.
En los 37 años, realizaron
obras sociales, monumentos religiosos, construcciones para atender a la
comunidad de fieles y un vocero periodístico, donde se daban a conocer todo lo
que acontecía en la sociedad sancasimireña; estuvieron al frente de esta
grandiosa obra inigualable, hasta el momento en que se escribe esta relación,
los misioneros , y entre estos, podrían nombrarse a los Padres Ramón María
Felip; Superior de la misión claretiana, Antonio Arcas, Frutos del Hoyo, Manuel
Álvarez, Jaime Cunillera, Blas Graus, Leandro Vicente, Modesto Arnaus y
Francisco Ader Mata.
Los Claretianos visitaban a
los enfermos y realizaban matrimonios colectivos en los campos sancasimireños.
El transporte para movilizarse eran dos caballos que estaban en una caballeriza
detrás de la iglesia, donde además había un burro que servía para cargar el
pasto para los caballos. También había una motocicleta de tres ruedas que
conducía el Padre Modesto Arnaus y siempre acompañado del Padre Ramón en el
asiento derecho, cuando visitaban a los enfermos o iban a Güiripa, El Loro o
Cogollal.
En el segundo semestre de
1924, lo primero que hicieron los misioneros fue fundar el periódico “La Voz
Parroquial de San Casimiro de Güiripa”, que dirigió el Padre Ramón María y
colaboró el poeta Eleazar Casado. En tamaño octavo era el periódico y la
portada la hacía el Padre Ramón que era buen dibujante y buen escritor, y lo
editaban en la tipografía Vargas en la ciudad de Caracas. El 25 de julio de
1925, los misioneros adquirieron desde España las imágenes de El Padre Claret,
El Corazón de María, San Casimiro y San José.
Otra obra de suma
importancia, como el periódico y las imágenes, fue la construcción de El
Refugio del Corazón de María, primer hospital de San Casimiro, ubicado donde
está hoy El Ambulatorio que da a la calle Bolívar. La primera piedra se colocó
en 1926 y sirvió este sitio de resguardo para la salud, para utilizarlo como
teatro en 1935 y los fondos recaudados por entradas, se empleaban para comprar
medicinas para curar a los bilharzianos pobres. El propulsor y director de esta
faena filantrópica fue el Dr. Rafael Hernández Rodríguez.
En 1930, levantaron la
capillita de San Antonio de Padua, que dio origen al barrio San Antonio y
permitió, el 13 de junio de 1991, convertirla
en la plaza San Antonio. Otra construcción, que vino a embellecer la calle
Las Dos Quebradas, es el monumento a La Virgen del Carmen, edificado en 1946.
También se les debe la actual Casa Parroquial, levantada por los misioneros
Francisco Ader Mata y Leandro Vicente, probablemente entre los años 1948 a
1950. En ese sitio se levantó antes, una casa parroquial, que era de bahareque
y tejas, alquilada por ser propiedad de Mariano Carrera Ascanio.
El 30 de marzo de 1960, el
concejo municipal del distrito San Casimiro, emitió un acuerdo donde se le hace
“un reconocimiento de gratitud hacia la congregación claretiana y le daba la
bienvenida al nuevo Párroco, Pbro. Anselmo González, invocando al cielo para
que continúe con las mismas normas de los claretianos”.
(*)Cronista oficial de San Casimiro, estado
Aragua
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